A partir de 2025, las tasas municipales relacionadas con la recogida de residuos deberán sufragar el coste del servicio. Esta es una de las obligaciones que recoge la Ley 7/2022, de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular. En la actualidad, la cobertura media de la tasa de residuos es del 71,8% del coste.

Según el estudio Las tasas de residuos en España 2022, elaborado por la Fundación ENT, la mayor parte de los municipios españoles (97,6%) cuenta con una figura impositiva vinculada con la recogida de residuos. Sin embargo, un 46,8% de los 125 ayuntamientos analizados cuenta con un modelo de cuotas fijas. Este porcentaje es especialmente relevante en los ayuntamientos de menos de 5.000 habitantes.

En la práctica, esto supone que todos los inmuebles, sea cual sea su volumen de basura generada, pagan lo mismo. Según los autores del estudio, “los domicilios que generan menos y reciclan más residuos están subvencionando implícitamente a aquellos con peores prácticas ambientales en materia de residuos”.

También se ha comprobado que en el 98,4% de las figuras impositivas relacionadas con los residuos se contemplan diferencias entre comercios y domicilios a la hora de establecer las cuotas.

92 euros de media por domicilio

El informe realizado por Irene Castells y Pablo Pellicer, con la revisión del doctor Ignasi Puig, indica que el valor medio de la tasa de residuos de los hogares es de 92,1 euros anuales. Esta cifra supone un 2,1% de incremento entre enero de 2021 y enero de 2022. En este mismo periodo, el IPC ascendió un 6,1%.

El trabajo también pone de relieve que las ordenanzas que contemplan tasas variables no tienen en cuenta “criterios ambientales”. Por lo general, se valoran aspectos como la localización de la vivienda (29,5%), el valor catastral (4,9%), el consumo de agua (4,1%) o la superficie (2,5%), todos ellos independientes de la generación de residuos.

En el caso de los comercios, una buena parte de estas figuras impositivas se relacionan con la actividad (tipo de actividad, superficie del local, localización o el número de trabajadores) y no con la generación efectiva.

De media, las clínicas son las que más dinero dedican a pagar estas cuotas: 903,6 euros al año. Por detrás, se sitúan supermercados (782,5 €), hoteles (649,4 €), restaurantes (526,4 €), bancos (473 €), bares (349,5 €) y tiendas de alimentación (335,1 €).

Beneficios fiscales

En el 53,8% de los municipios analizados en el estudio se han encontrado beneficios fiscales para los domicilios. Estas ventajas solo alcanzan a los comercios en una cuarta parte de los ayuntamientos (26,2%).

Las deducciones personales llegan a las rentas bajas (36,9% de los), los pensionistas (20,5%), las personas en riesgo de exclusión social (17,2%) o las familias numerosas (14,8%).

En el ámbito comercial, las reducciones están relacionadas con la contratación de un gestor de residuos privado (8,2% de los municipios), la localización (5,7%) o los locales sin actividad (8,2%).

Solo en una de cada diez tasas de residuos domiciliados se incluyen beneficios fiscales ambientales (uso de compostaje y puntos limpios, reparación de residuos, etc.). Estos incentivos están aún menos presentes para los comercios (7,3% de los municipios). Por ello, los autores del estudio consideran que “existe un gran recorrido en la provisión de incentivos para las buenas prácticas ambientales”.